Que el arte es largo y, además, no importa
Que las cosas sean como son nunca es (o eso recuerdo), amigo Salicio. Según creo, las cosas sólo parecen. El artista supremo jamás atrapará la belleza (me imagino), el mejor surfista no aprenderá del todo a surfear (que le dé muerte una ola pienso más probable) y el sabio sólo sabe que no sabe (he leído)...
Si en un punto remoto del remoto planeta de un remoto sistema solar de una remota galaxia algún optimista (en plena crisis de sobre-estima) se juzga por un instante el ombligo del Universo, entonces o inventa una doctrina o publica un libro. En el primer caso, se trata de un malhechor peligroso, enemigo de la existencia y de la vida; en el segundo, de un inofensivo escribidor.
Bienaventurados, pues, Salicio, los escribidores, y aún más los escribidores locales porque sólo harán daño a sus lectores y de ellos será el reino de las presentaciones municipales y de las noticias en los medios de comunicación provincianos.
Recuerda como yo recuerdo, Salicio, cincelemos en la memoria las palabras de Antonio Machado:
Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
—así en la costa un barco— sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.
Nemoroso